La historia de Seiko se remonta a 1881 en Tokio, Japón, cuando un joven emprendedor llamado Kintaro Hattori abrió una tienda dedicada a la reparación y venta de relojes. Su visión era fabricar relojes de alta calidad, y en 1892 fundó la fábrica Seikosha (en japonés, «Seiko» significa «precisión» o «éxito», y «sha» significa «casa»). En sus inicios, Seikosha se dedicó a la producción de relojes de pared, pero con el tiempo se enfocó en la fabricación de relojes de bolsillo y de pulsera.
El primer reloj de pulsera japonés
En 1913, Seikosha presentó el Laurel, el primer reloj de pulsera fabricado en Japón. Este lanzamiento marcó un hito importante, ya que Japón no contaba con una tradición relojera en esa época. La empresa se convirtió en pionera en su país y sentó las bases para lo que sería una marca de referencia en la industria relojera mundial.
Innovación tecnológica y relojes de cuarzo
En 1969, Seiko revolucionó la industria relojera con el Seiko Astron, el primer reloj de pulsera de cuarzo del mundo. Este avance transformó el sector al introducir una tecnología mucho más precisa y accesible que los movimientos mecánicos tradicionales. La tecnología de cuarzo se popularizó rápidamente y sigue siendo un estándar en la relojería actual.
Precisión y fiabilidad
A lo largo de los años, Seiko ha presentado múltiples innovaciones en relojería, como el cronógrafo automático y el sistema de carga Kinetic (una combinación de energía cinética y tecnología de cuarzo). Además, la marca es reconocida por sus relojes de buceo, altamente valorados por su durabilidad y resistencia en condiciones extremas.
Seiko ha logrado un lugar destacado en la industria relojera, combinando tradición y tecnología a precios accesibles. Ofrece desde modelos sencillos hasta piezas de alta gama con su línea Grand Seiko, consolidándose como una marca que equilibra calidad y accesibilidad.
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